miércoles, 10 de diciembre de 2008

Puerto Rico: Se multiplica la oposición


 

9 de diciembre de 2008
Por Jesús Dávila - NCM

Un ejército de 1,158 notarios comenzó a entregar endosos el domingo en el Partido Independentista Puertorriqueño, que tomó así la delantera en la inscripción de grupos opositores en la nueva configuración política nacional de por lo menos cinco partidos y dos o tres frentes electorales.

La multiplicación de formaciones partidarias y otras estructuras que buscan participar en el proceso electoral no sólo da al traste con los intentos de que el panorama político se limite a dos grandes partidos –como en Estados Unidos- sino que ocurre en momentos en que está a punto de inaugurarse un nuevo gobierno anexionista y sigue avanzando el reloj para un posible cambio en la condición política de esta colonia estadounidense.

El incremento de grupos partidarios, curiosamente, no se produce en un ambiente de mayor tolerancia sino más bien parece ser respuesta al deterioro de la institucionalidad política y a la prolongada crisis económica en que ha caído el régimen autonómico denominado Estado Libre Asociado implantado en 1952. De hecho, si bien el Partido Nuevo Progresista logró una victoria aplastante, antes enfrentó un cerco de prensa dominada por el oficialismo hasta el grado en que se ha encontrado documentación de por lo menos un reportero expulsado del medio porque se negó a fabricar una noticia patentemente falsa contra los anexionistas.

El caso de referencia ha servido para ilustrar además lo amplio de la intolerancia pues el expediente consigna cómo antes de que se le requiriese escribir una difamación contra los anexionistas se le imputó primero ser vocero de la oposición al gobierno autonomista, del PIP y hasta tener algún tipo de vinculación con el Ejército Popular Boricua-Macheteros. Si bien el caso tiene rasgos excepcionales, abundan en círculos del oficio los relatos de periodistas perseguidos por parte de uno u otro bando político.

La lucha agria al interior de los medios noticiosos es apenas una parte de lo abierta que se ha tornado la intolerancia en este país caribeño de cuatro millones de habitantes.

El PIP tuvo que acudir a los tribunales a reivindicar su derecho constitucional a volver a inscribirse de inmediato debido a que los otros tres partidos que participaron en los comicios de noviembre y hasta la propia Comisión Estatal de Elecciones pretendían negárselo. Mientras tanto, son constantes los llamados a través de los medios noticiosos para que desaparezca el único partido que postula la independencia.

Tan pronto el PIP ganó la batalla judicial, el Partido Puertorriqueños por Puerto Rico, que alegaba que era una inmoralidad pública lo que pretendían hacer los independentistas, optó por adelantar también su proceso de inscripción. Al igual que el PIP, el PPR perdió su franquicia luego de que no acumuló el requerido tres por ciento de los sufragios en los comicios generales.

Mientras tanto, en el autonomista Partido Popular Democrático, la jefatura barrió a los proponentes de la libre asociación y se reafirmó en defender la presente condición de ELA tanto en Washington como en los foros internacionales. En ese sentido, el PPD ha dejado fuera toda discusión interna sobre la condición política de Puerto Rico y prefiere concentrarse en reorganizar las bases partidarias.

La decisión ha provocado que al margen de los organismos oficiales partidarios hayan comenzado movimientos para impulsar esa alternativa a la condición colonial de Puerto Rico. A la entidad denominada Alianza Patria se han sumado otros grupos que por separado han realizado consultas, algunos de ellos con contactos con el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.

El mismo domingo, el MINH, que se reitera en que no está dispuesto a convertirse en un partido, reunió a más de un centenar de sus militantes en un seminario en el que se discutió la posibilidad de ayudar a inscribir a uno de estos nuevos grupos. La idea es que el nuevo frente pueda participar en los comicios de 2012 para que presente una agenda social y se comprometa a gestionar una asamblea constituyente que atienda el tema de la descolonización.

De momento no está claro si tales grupos representarán o no una nueva fractura en el ya debilitado PPD –que sufrió en noviembre la peor derrota de su historia- o si podrán actuar en concierto con el ahora principal partido opositor. A la reunión del MINH asistió el legislador Luis Vega Ramos, del PPD, y uno de los grupos de la libre asociación llevará a cabo una reunión el 14 de este mes en la ciudad de Caguas, que se presume cuenta con el apoyo del alcalde autonomista William Miranda Marín.

Otro sector que ha dado señales de una actividad intensa en camino al combate electoral es el Movimiento al Socialismo, que agrupa los principales grupos de izquierda socialista. Se espera que tan pronto como esta misma semana se anuncie la conclusión del análisis sobre la posibilidad de inscribir un nuevo Partido Laborista. De acuerdo a los informes preliminares, el propósito es restablecer la voz política electoral propia de sindicatos y otras organizaciones obreras, como ocurrió en las primeras décadas del siglo veinte y entre 1972 y 1993.

Estos estremecimientos políticos internos se producen mientras 1,600 millas al noreste, en el Congreso de Washington y en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, hay silencio y espera sobre lo que ocurrirá con respecto a Puerto Rico. En el Congreso está pendiente la aprobación de un proyecto para convocar un plebiscito que inicie un proceso de descolonización y en la ONU se anticipa que en 2009 se lleven a cabo las consultas definitivas para determinar si el bloque de países latinoamericanos pedirá que el caso puertorriqueño se discuta como tema separado en período de sesiones de la Asamblea General en 2010.