Amílcar Solá Algarín
Legislador Municipal del PIP en Caguas
Desde el momento en que un sector del Partido Popular adoptó el concepto de soberanía en aras de crear una facción que maquillara el status colonial advenido con el Estado Libre Asociado, no ha faltado quien le sirva de eco. La más reciente resonancia ha sido por parte de un grupo llamado Movimiento Unión Soberanista (MUS), que en ánimos de declararse seguidores de la "soberanía" instituida por William Miranda Marín (QEPD), no ha logrado más que perfilarse como un triste refrito de los "colonialistas light" que nadan entre las aguas turbias del PPD. Hacen alarde de que "educan al pueblo de Puerto Rico sobre lo que es la soberanía", pero su discurso no pasa de ser una vacua afirmación de que son creyentes de la independencia y de la libre asociación, llegando al absurdo jurídico de utilizar ambos conceptos indistintamente. Incluso, en su desesperación de reclutamiento, han coqueteado con el sector estadista.
Mientras pretenden "romper los paradigmas tradicionales" y perfilarse como una "alternativa refrescante" se ha visto cómo su propaganda, en pleno proceso de inscripción, se ha basado en la vergonzosa táctica de atacar a quienes verdaderamente representan un claro ideal de independencia, como el Partido Independentista Puertorriqueño.
Es lamentable ver cómo hay quienes se ofrecen a servir de porristas para una campaña que comienza escondiéndose tras una inscripción electoral, cuyo aparente pilar de "soberanía" es utilizado como cortina de humo para cubrir la ausencia de un verdadero plan de descolonización. Mientras ellos cantan el Chijí-chijá soberano, tanto el Presidente del PIP, Rubén Berríos Martínez, como el Secretario General, Juan Dalmau Ramírez, llevaron a cabo una iniciativa real de descolonización, al presentarle a Gobernador una estrategia que, por un lado presionaría al Congreso y, por otro, dejaría en manos de los puertorriqueños la elección del mecanismo a utilizarse.
Mientras tanto, la gesta política por parte del PIP se notará, no sólo en Caguas, donde la férrea fiscalización va viento en popa, sino en cada uno de los municipios, donde contamos con legisladores serios de convicción y motivados por el deseo de lograr una verdadera independencia para Puerto Rico. Que no les quepa la menor duda de que, en su momento, los resultados serán revelados.
Luego de sopesar el evidente afán de lucro y poder por parte de aquellos que ahora critican para escalar hacia una posición electoral, y su errabundo discurso politiquero entre dos fórmulas de status que no han logrado definir, no puede concluirse más que el MUS representa un mero grupo de apoyo para la inercia estadolibrista. ¿Habrá visos de melonismo en el MUS? ¿Acaso su constante énfasis en que representan una alianza distinta no será una añagaza para evitar la designación de un candidato a la gobernación y así pedir el voto para el candidato del Partido Popular? Sólo el tiempo revelará que este discurso repetidamente disparatado es incoherente y está lleno de MUSarañas, y sólo fabrica el trío de los malos, los peores y los melones.