3 de enero de 2008
Prensa Asociada
(AP)- El presidente ejecutivo del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Fernando Martín, denunció hoy que el movimiento separatista en la Isla atraviesa momentos de persecución que se manifiestan de distintas formas.
"Algunas serán muy diversas y muy concretas, como convocatorias a gran jurado, otras serán campañas de intimidación", señaló Martín en una conferencia de prensa. También mencionó que otra manera de acosamiento es a través de medios de comunicación. Martín respondió así a las declaraciones del director del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés), Luis Fraticelli, quien negó el miércoles que las intervenciones con independentistas sean por represión, sino una investigación para "prevenir futuros ataques terroristas".
Para el líder del PIP, el FBI "quieren limpiar su imagen con respecto al asesinato de Filiberto (Ojeda Ríos), porque quieren poder decir que ellos en Puerto Rico investigan a gente de todos los partidos, (y) de alguna manera para limpiarse de los ataques de que son selectivos".
"Además, porque esto son una gente que trabaja con una cuota, y en los momentos de la llamada lucha contra el terrorismo, pues tienen ellos que dar cuenta de su actividad y de que están realmente haciendo su trabajo", abundó.
Harry Rodríguez, portavoz del FBI en Puerto Rico, dijo que la agencia no emitiría comentarios adicionales a los pronunciados por Fraticelli el miércoles. Martín recordó, además, que el PIP participará en una vigilia que se llevará a cabo el 10 de enero a las 5:00 de la tarde frente al edificio federal en la avenida Chardón en Hato Rey.
El propósito de la manifestación será denunciar las citaciones de tres puertorriqueños independentistas a un gran jurado en Nueva York el 11 de enero. Será la segunda protesta independentista contra las autoridades federales en tres semanas.
Distintas voces del movimiento independentista en la Isla han denunciado que luego de la muerte de Ojeda Ríos, líder del Ejército Popular Boricua -Los Macheteros- el 23 de septiembre de 2005 a manos de un agente del FBI, las autoridades federales en Puerto Rico han comenzado una "nueva oleada de persecución", como ocurrió en décadas pasadas.