Presidente Ejecutivo del PIP
"Llueve sobre nuestro pueblo una doctrina pesimista que lo desmoraliza y acobarda y que debemos atajar en todo momento" Don Pedro Albizu Campos
La más reciente perversión del colonialismo acaba de hacer su aparición en la política puertorriqueña, producto de la frustración, la desesperanza y la fantasía.
Ahora resulta que la culpa de que no adelante la independencia la tienen los independentistas. A pesar de que el independentismo ha tenido como adversario a los intereses y el poder del imperio, a pesar de la dependencia, la persecución y el colaboracionismo colonial y asimilista, el adelanto de nuestra lucha, es fundamentalmente según esta nueva tesis, cuestión de mercadeo y publicidad.
De ahí que lo primero sea cambiar el empaque. Dicen que de ahora en adelante hay que impulsar la soberanía, no la independencia. Esa fascinación con el mercadeo, convertida en truco y timo, se remonta a una publicación editada por el ex publicista de Hernández Colón que lleva el título "Soberanías Exitosas" aún cuando se trata de un libro sobre seis independencias exitosas basado en entrevistas a dos economistas independentistas. Como si la independencia fuera algo de qué avergonzarse y hubiera que enmascararla. Pero ni son tontos los puertorriqueños, ni los independentistas pretendemos engañarlos.
Que en esa aventura, que se llama Movimiento Unión Soberanista, se embarquen de buena fe algunos populares que dejaron de creer en el ELA y algunos incautos, no es de extrañar. Que lo hagan personas que provienen del independentismo, constituye un retroceso, un engaño y un intento transparente por evitar el fortalecimiento electoral del partido de la independencia. Algunos se llamaban melones; ahora se llaman soberanistas. Por años han votado por el PPD pero les da vergüenza decir que son populares particularmente ante un PPD derechizado. Otros, veteranos ex dirigentes del PIP, melones y no melones, llevan décadas en una insidiosa y obsesiva faena de resentimiento contra nuestro partido.
Los directivos de este nuevo movimiento, pretenden con igual desdén descalificar y equiparar al PIP con los otros partidos. No obstante, saben qué partidos son responsables del desastre actual y que el PIP no es uno de ellos. Conocen nuestra intachable pulcritud en el uso de fondos públicos. Saben que hemos estado en primera fila en defensa de la plena justicia social y los derechos del país, en Culebra, en Vieques y en las luchas por los derechos humanos, obreros, estudiantiles y ambientales. Saben que como partido de liberación nacional hemos pagado un elevado precio electoral por mantenernos firmes y no dejar a un lado la independencia. A la mezquindad añaden la injusticia de impugnar como iguales a los que no lo son.
En similar conducta incurren cuando se precian, coordinados por un millonario y subvencionados por varios empresarios, de que no van a recibir el Fondo Electoral. Por supuesto, con esos promotores no lo necesitan. Pretenden desechar uno de los logros del independentismo –el reconocimiento constitucional de una mínima igualdad económica electoral lograda hace décadas mediante un pleito por el Partido Socialista Puertorriqueño. Dejar el financiamiento de las campañas en manos privadas es dejar a nuestro pueblo a la merced irrestricta del inversionismo político, fuente de la corrupción.
Más aún declaran sin ruborizarse que van tras el voto del millón de electores no inscritos, aunque están conscientes de que la inmensa mayoría de éstos –como también sucede en otros países- ni ha votado ni votará. También fantasean respecto al voto de populares que simpatizan con la soberanía a pesar de que los líderes de esa tendencia ya han anunciado que permanecerán en su partido y que los populares, salvo honrosas excepciones, cuando ven posibilidad de una victoria electoral se alinean.
Pero hay más. De inscribirse, el MUS se dirige inexorablemente a promover el voto por el candidato a gobernador y por otros candidatos del PPD a cambio del voto por un par de los suyos con la excusa de derrotar al PNP. El liderato del PPD ya ha comenzado a hablar de la necesidad de una nueva alianza anti PNP. La clave de la estrategia colonial ha sido la misma por décadas: desviar todos los ríos, los caudales de descontento y protesta para que a través de canales como el MUS –o diversos frentes- desemboquen en el gran pantano colonial del voto por el PPD, al tiempo que evitan que el independentismo se fortalezca. Lo hemos visto muchas veces.
Como los fuegos fatuos definidos por el diccionario como "pequeñas llamas que se elevan de sustancias animales o vegetales en putrefacción y que se ven andar por el aire especialmente en los lugares pantanosos", la fantasía pretensiosa y los artilugios publicitarios del MUS son producto del cadáver colonial en descomposición. Pero también es una teoría y una tendencia anti albizuísta y anti gilbertista que por su naturaleza perniciosa desvía y confunde y la cual los independentistas, herederos de Don Gilberto y de Don Pedro, "debemos atajar en todo momento". Como advirtió el eminente intelectual antiimperialista norteamericano Noam Chomsky "destruir la esperanza es un proyecto de cardinal importancia" para el imperio. Y la lucha sin vacilaciones por la independencia es la esperanza de este pueblo.
Hoy más que nunca cuando el ELA se descompone y la estadidad se evidencia como imposible, es necesario mantenerse firme sin desviarse del camino. Es momento para fortalecer el independentismo y para impulsar la definición final que sólo puede conducir a nuestra liberación. Sin independentismo no hay independencia. Para salir de la oscuridad lo que se necesita es luz, no más tinieblas.
Sent on the Sprint® Now Network from my BlackBerry®