27 de marzo de 2008
Comunicado de prensa
Este momento no es para reclamar victoria o derrota. Con las acusaciones contra el Gobernador nadie gana y el gran perdedor es el pueblo de Puerto Rico. Hago un llamado al liderato político del país para que ejerza extrema prudencia y mesura al comentar sobre la situación en que se encuentra el Gobernador de Puerto Rico y los otros acusados. Las implicaciones de estas acusaciones no sólo inciden en el proceso político, sino en asuntos que afectan al pueblo en general. Baste mencionar que en momentos en que Puerto Rico enfrenta una parálisis gubernamental y una seria crisis fiscal, estas acusaciones agravarán la situación que enfrenta el país.
Por otra parte, el pueblo de Puerto Rico debe realizar un profundo examen de conciencia ante esta crisis. Durante los últimos años el país ha visto con frustración cómo funcionarios que tienen la responsabilidad de servirle al pueblo son señalados, investigados, acusados y convictos por actos ilegales. Es importante que en estos momentos el país reflexione sobre qué funcionarios e instituciones políticas le han fallado y han traicionado la confianza que este pueblo les ha brindado con su voto; y qué institución política y sus candidatos y líderes han tenido un historial de limpieza y honradez en el desempeño público. Esto es fundamental, ya que en estos momentos el gran peligro que enfrenta Puerto Rico es ser víctima del cinismo y la rendición. Hoy, algunos en su decepción y frustración, pensarán que todos los que estamos en el proceso político somos iguales. No todos somos iguales.
Deseo añadir, además, que este suceso de las acusaciones contra el Gobernador es el recordatorio más reciente de la urgente necesidad de que se le dé paso a la propuesta que ha hecho el Partido Independentista Puertorriqueño para la prohibición al inversionismo político y la adopción de un sistema de financiamiento público de campaña política".
