Down City
NANNY TORRES REPRESENTANTE DEL LECTOR El Nuevo Día/domingo 8 enero 2009 | | Llama la atención la gran capacidad que tiene la clase política en Puerto Rico de trivializar, y tribalizar también, los asuntos serios. Asuntos o cosas que pueden ser para quien nos visita una oferta seria con relación a nuestra cultura, estructuras históricas o centros de recreación, se convierten, en boca de los políticos, en una oferta puramente pintoresca; que no ofrece nada importante, como es el caso de la flamante alcaldesa de Guayama, Glorimari Jaime. Es el caso de su genial "proyecto" de convertir la "ciudad bruja", Guayama, en un pueblo turístico cuya "atracción" sean los nombres en inglés.
Si el objetivo es atraer al turista latinoamericano, de entrada el plan es un fracaso, porque es un turista que no es atrapable simplemente con una traducción. Si por el contrario, la brillante idea es para despertar el interés del mercado europeo, lo dudo, toda vez que es precisamente Gran Bretaña y su idioma shakesperiano el "patito feo" de aquella región...
Y si el objetivo es atraer al turista estadounidense, pues con más razón le auguro el fracaso, pues no representa nada nuevo para unos ciudadanos que viven madrugada, mañana, tarde y noche en un "d ow n t ow n " y en una "main street". Además, no creo que los atraiga el que en Guayama haya un "Go vernment Center Building". Hello! La estupidez no puede ser obra de gobierno. Si Guayama o cualquier pueblo quiere atraer turismo y transformar su economía a una de servicio enfocada en ese aspecto, más que nombrar en inglés sus calles y avenidas, debe asegurarse de preservar y vender el atractivo de sus recursos naturales.
Además, debe garantizar a ese turismo seguridad, limpieza y organización.
En general, tiene que desarrollar y ofrecer un servicio de calidad y una actitud de servicio. Que el mofongo de jueyes sea delicioso, pero también que quien lo sirva lo haga con cortesía.
Estamos en Puerto Rico. Ofrezcamos al turista algo distinto de lo que tiene en su país. Y eso distinto, somos nosotros. No caricaturas de algo que sencillamente no somos.
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