martes, 10 de febrero de 2009

Nueva apuesta por el comercio justo y solidario



 

Por Rosiris A. Ramos Meléndez
Prensa Comunitaria

 

En Puerto Rico actualmente sólo existe una tienda de comercio justo que se ubica en Río Piedras y que tiene por nombre La Chiwinha, donde se en­cuentran productos de comercio justo de diversos países del extranjero.


La iniciativa de la Chiwinha se da en el contexto en que abaratar los costos y aumentar las ganancias parecen ser la máxima de la mayoría de las corporaciones del planeta con el auge de la globalización del mercado. Productores, procesadores y vendedores buscan lograr dicho objetivo con el fin de posicionar su producto de manera más atractiva para los últimos en la cadena del intercambio: los consumidores. Obviamente, en el largo trayecto que recorre un producto a través de tantos intermediarios para llegar a su destino final, quienes se llevan la peor parte son los productores. La filosofía del comercio justo, en cam­bio, busca invertir este proceso.

 

El modelo alternativo que trae el comercio jus­to o, en inglés, el "FairTrade", propone beneficiar principalmente a los productores y su estructura de funcionamiento se basa precisamente en las relaciones con las organizaciones manufacture­ras, que por lo regular están constituidas como cooperativas. Para ello, se crearon una serie de estándares que se desglosan a continuación.

 

  • Se trata de evitar intermediarios entre productores y consumidores.
  • Los compradores por lo regular, pagan por adelantado para evitar que los productores busquen otras fuentes de financiamiento.
  • Se establece un pago mínimo por el producto para que con las fluctuaciones de valor en el mercado el productor no se perjudique y pueda tener una vida digna, al tiempo que se le ofrezcan precios justos al consumidor.
  • Establecer relaciones transparentes y duraderas con las cooperativas productoras, entre otras.

 

Además, el movimiento de comercio justo garantiza, la protección de los derechos fundamentales de las personas respetando la igualdad de género y condenando la explotación infantil, el uso sostenible de las materias primas y los procesos ami­gables con el medio ambiente. Así también, se ofrecen capacitaciones a los productores y parte de los dividendos que generan van a parar al de­sarrollo de escuelas, hospitales y otras estructu­ras para beneficio y uso de la comunidad.

 

Estas medidas que forman parte de la filosofía del movimiento del comercio justo, proveen las herramientas y las alternativas para un desarro­llo económico y social que ayude a aliviar la des­igualdad social y a reducir la brecha entre ricos y pobres.

 

Puerto Rico, por ser territorio de los Estados Unidos, no es considerado un país del tercer mundo; por ello, los potenciales productores en la Isla no cuentan con la estructura necesaria para ser certificados bajo el movimiento. Joel Franqui, creador y propietario del establecimiento, dijo estar espe­ranzado en que se sumen más personas a esta alternativa de mercado en la Isla y que las condi­ciones se presten para algún día lograr la certifica­ción. "Mi visión es que aquí se pueda formar una red puertorriqueña de comercio justo y que po­damos trabajar en alianza con organizaciones por las comunidades más necesitadas", sentenció. Mientras tanto, en La Chiwinha se continuará co­merciando con otros productos bajo este esque­ma socialmente responsable y comprometido


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* Tomado del periódico Puerto Rico Cooperativista, Edición de enero de 2009