lunes, 21 de noviembre de 2011

A la altura de los tiempos




 

Roberto I Aponte

Roberto Iván Aponte, Comisionado Electoral PIP

En pleno siglo 21 varios países, sobre todo latinoamericanos, han logrado con éxito adaptar la tecnología a sus respectivos sistemas electorales donde millones de votantes la utilizan para asegurar su voto y agilizar el proceso de escrutinio. Puerto Rico no puede quedarse anclado en el pasado. Es necesario que nos pongamos a la altura de los tiempos. Las nuevas y futuras generaciones nos lo exigen.

 

Históricamente el Partido Independentista Puertorriqueño ha insistido en la necesidad de modernizar el proceso electoral puertorriqueño. Este interés ha estado claramente plasmado en los diversos programas electorales.  Es por esta razón que el PIP ha insistido en los pasados años, y continúa insistiendo, en implementar un proceso de escrutinio electrónico que tiene varias ventajas para el elector puertorriqueño y el proceso electoral.

 

En primer lugar, permitiría que la primera adjudicación de votos (escrutinio en el colegio) se haga de una manera rápida, ágil y segura, reduciendo el tiempo de espera para tener información sobre los resultados de la votación.

 

En segundo lugar, el hecho de que el elector tiene interacción directa con la máquina aseguraría que las marcas que no estén claras no estarán a merced de la interpretación de funcionarios de los partidos políticos. Una papeleta con una marca que la máquina no pueda adjudicar, será devuelta al elector para que la revise. Este proceso asegura que es la intención del elector la que se cuenta.

 

En tercer lugar, este proceso haría justicia a los funcionarios de colegio que no tendrán que permanecer un prolongado tiempo contando votos en un colegio electoral donde en ocasiones el clima se torna hostil.

 

Por último, el escrutinio electrónico reduciría de manera significativa el número de funcionarios de colegio y ayudaría a la eficiencia y pulcritud del proceso al asegurar el conteo de votos emitidos para cada partido o candidato -aún cuando el partido no tenga un funcionario electoral en el colegio- ya que el propio elector, inmediatamente luego de votar en las tres papeletas, las depositaría en la máquina sin que las mismas pasen a otras manos.

 

Por décadas, especialmente durante el pasado cuatrienio, la Comisión Estatal de Elecciones exploró la posibilidad de implementar el escrutinio electrónico. Sin embargo, debido a situaciones presupuestarias y de tiempo no se pudo lograr.  Desde septiembre de 2010 la Comisión ha estado inmersa en un requerimiento intenso de información. El proceso se ha fundamentado, además, en decisiones que han sido evaluadas por diversos comités en los cuales han estado representados los partidos políticos y posteriormente presentadas a la Comisión en pleno, donde se han discutido a profundidad y se han tomado decisiones de manera unánime.

 

Durante el pasado año y medio se han presentado dificultades e inconvenientes como la tardanza en la aprobación del Nuevo Código Electoral, la asignación de fondos y la intervención indebida de factores externos a los trabajos de la CEE. Sin embargo, a pesar de los mismos, entendemos que todavía hay tiempo suficiente para su implementación el 6 de noviembre de 2012.

 

El PIP está comprometido con que el escrutinio electrónico tenga todas las garantías y salvaguardas necesarias para que sea un proceso transparente y confiable. Es por esta razón que consideramos que el momento crucial de este proceso es lo que se conoce como las pruebas de laboratorio o Factory Acceptance Test (FAT). Durante estas pruebas, que se extenderán por varias semanas, los partidos políticos y la CEE tendrán la oportunidad de probar la programación y la funcionalidad de las máquinas. También, tendrán la oportunidad de asegurarse que las mismas están en condiciones de manejar y atender las necesidades de nuestro proceso electoral.  Por eso, si llegada esta etapa, las pruebas de laboratorio no demuestran a saciedad la transparencia y confiabilidad de las máquinas y la programación, el Partido Independentista Puertorriqueño no respaldaría su implementación.

 

Ha sido una gran inversión de recursos, tiempo y dinero.  Por consiguiente, cancelar este proceso en este momento sería desaprovechar el adelanto que se ha logrado en los pasados años, pero sobre todo en el pasado año y medio.  Además, privaría al elector y electora puertorriqueña de un instrumento que le permitiría estar a la altura de los tiempos y aumentar su confianza en el proceso electoral puertorriqueño.

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