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VIII. Plan Nacional Puertorriqueño para la Salud (tomado del Programa de Gobierno del PIP 2008)
La Salud Pública como Derecho Humano y Solidaridad
El Partido Independentista Puertorriqueño reconoce como principios básicos que: la salud es un derecho fundamental de todos los ciudadanos y sus comunidades, que el lograr un óptimo nivel de salud es requisito esencial para maximizar la calidad de vida y realizar al máximo el potencial de los seres humanos. Creemos firmemente que para lograr esta meta, el sistema de provisión de servicios de salud, debe ser guiado por un principio fundamental de solidaridad humana y no el afán de lucro. Más aún, entendemos que el Estado tiene una responsabilidad indelegable de garantizar el acceso equitativo a un servicio de salud adecuado, de calidad y que para cumplir con este propósito, también monitoreará y evaluará, con regularidad el mismo.
Sin embargo, también reconocemos que la disponibilidad de servicios de salud adecuados y de calidad no es suficiente para generar una nación con comunidades y ciudadanos más saludables. Nuestro programa de salud, adopta los principios de Salud Pública del movimiento global de la Promoción de la Salud, que puntualiza la necesidad de que los asuntos o problemas de salud sean analizados e intervenidos desde la perspectiva integral. Nuestro programa reconoce la dimensión cultural, social, política, económica, educativa, ética y ambiental de los asuntos o problemas de salud.
Específicamente planteamos, la necesidad de reconocer e intervenir con los determinantes sociales que actúan en el detrimento de la salud (la pobreza, el colonialismo, falta de democracia, la falta de educación, el desempleo, la falta de vivienda o viviendas inadecuadas, la violencia, el calentamiento global y deterioro del ecosistema, la inequidad en la disponibilidad de servicios, entre otras).
Este paradigma aquí presentado, hace imperativo que la Salud Pública, de todos los ciudadanos y sus comunidades, tome la dimensión de un asunto político, social, económico y ético para el Estado. Al implantarse un Plan de Salud cumpliendo con los criterios y principios aquí presentados, contribuiría a cumplir con todas las dimensiones que se espera en una adecuada gobernabilidad del Estado y por consiguiente debería pasar a ser el de más alta prioridad en cualquier plan de Gobierno.
Visión para un Sistema Nacional de Salud para el Siglo 21
Partiendo de estos principios básicos el PIP propone que construyamos un Sistema Nacional de Salud para este siglo 21 que se convierta en plataforma para poder elevar el estado de salud de nuestra población a los niveles más óptimos posibles dado el conocimiento, tecnología, y recursos disponibles; sin con esto limitar, si no de lo contrario, apoyando el crecimiento, fortalecimiento y desarrollo de estos recursos. Nuestra misión y meta es lograr que la nación puertorriqueña alcance de forma colectiva e individual niveles tan altos de salud como los países más desarrollados y progresistas del mundo, en este tema de la salud.
Para alcanzar esta meta proponemos un sistema de salud que se caracterice por lo siguiente:
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Acceso equitativo a los servicios de salud a toda la población no importa el nivel socioeconómico o estatus laboral de los individuos. Es decir, todos los individuos con igual necesidad tendrán igual acceso a los servicios.
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Uso más eficiente y racional de los recursos disponibles asignando más recursos a los servicios y programas dirigidos a la prevención, educación, y promoción de la salud.
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Amplia provisión de servicios de cuidado primario a través de toda la nación puertorriqueña garantizando que cada barrio, residencial, urbanización, y comunidad tengan acceso cercano a un centro o clínica de cuidado primario.
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Integración de los servicios de salud física y mental.
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Sistema de salud integrado, coordinado, y eficiente que maximice la calidad y efectividad de los servicios de salud provistos por el sector público, privado, y sin fines de lucro.
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Provisión de todos los servicios de salud que un ser humano necesita a través de su ciclo de vida desde antes del nacimiento hasta su muerte; desde los servicios de cuidado pre-natal y post-natal, que necesitan los infantes, hasta los servicios de cuidado de larga duración, que necesita la población de edad avanzada.
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Promoción de programas e intervenciones de salud que presenten evidencias de pertinencia nacional, competencia cultural, garantías de inclusión y efectividad.
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Existencia de una cultura nacional de promoción y educación para la salud, educación y prevención de naturaleza intersectorial que trascienda las estructuras programáticas del Departamento de Salud permitiendo la ampliación de los programas conjuntos entre el sector salud y otros sectores sociales y comunitarios del ámbito gubernamental y no gubernamental.
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Expansión del rol rector del Departamento de Salud y de las demás agencias relacionadas a la salud para ampliar las intervenciones con las desigualdades en salud y con los determinantes sociales, económicos y ambientales vinculados a la salud.
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Fuerte y amplia participación significativa comunitaria y ciudadana en los asuntos de salud.
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Mejores condiciones económicas y laborales para los profesionales de la salud en Puerto Rico evitando la fuga de capital humano hacia Estados Unidos y otros países.
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Disponibilidad amplia de infraestructura y recursos para la investigación en ciencias básicas y bio-sociales que se traduzcan en tecnologías, programas, y soluciones para los problemas de salud más apremiantes de nuestra población.
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Centro internacional para la educación de profesionales de la salud y para el ofrecimiento de servicios de salud terciarios y supra terciarios (Turismo de Salud).
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Solidaridad con los esfuerzos internacionales para impactar los problemas globales de salud particularmente en las regiones más afectadas.
Áreas de Prioridad para el Fortalecimiento de la Salud - cuatrienio del 2008 al 2012
Como primer escalón para construir el Sistema de Nacional de Salud del siglo 21 nuestro programa establece las siguientes propuestas de salud específicas para el cuatrienio del 2008 al 2012 agrupadas en los siguientes componentes operacionales conocidos como el Plan Nacional Puertorriqueño para la Salud. Los primeros cinco componentes son propuestas que afectan al sistema de salud en general y que pueden impactar finalmente la salud de diferentes grupos poblacionales a través de diferentes condiciones y dimensiones. El componente seis se enfoca en problemas y situaciones de salud específicas que entendemos merecen atención particular dentro del cuatrienio del 2008 al 2012. Estas propuestas prioritarias son las siguientes:
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El Seguro Nacional de Salud
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La Prevención, Promoción y Educación en Salud
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El Fortalecimiento del Cuidado y la Atención Primaria de Salud
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La Regionalización de los Servicios de Salud como Paradigma
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Fortalecimiento de las Estadísticas e Informática Nacionales del Sistema de Salud
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Problemas y Situaciones de Salud de Interés Prioritario:
Prevención y control de las principales causas de muerte en Puerto Rico
Salud mental general
Adicción a drogas ilegales y legales
Obesidad
Servicios de Larga Duración para la Población de Edad Avanzada
Salud Oral
Propuestas Específicas de Salud
Las propuestas que presentamos a continuación entendemos que son viables y se pueden implementar en los primeros cuatro años bajo nuestra gobernación.
a. El Seguro Nacional de Salud
Previo a la mal llamada reforma de salud que comenzó en el año 1994 el sistema público de salud proveía de facto acceso a servicios de salud a toda la población no importaba si la persona tuviera seguro medico o no. Con la reforma de salud se privatizó gran parte de los servicios de salud públicos y la población medico indigente que cualificaba para Medicaid recibió una tarjeta de seguro médico financiada por el estado para acezar los servicios de salud. Este proceso creó un nuevo grupo de ciudadanos que no tienen suficientes ingresos para poder adquirir un seguro de salud privado, pero tampoco cualifican para recibir la tarjeta de seguro de salud del estado. Según los últimos estudios se estima que hay alrededor de 350 mil personas, es decir, entre un 7-9 por ciento de la población no tiene seguro de salud. No podemos permitir que esta situación prevalezca es deber del estado proveerle un seguro de salud y servicios de salud adecuados a toda la población.
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Proponemos un Seguro Nacional de Salud que sea universal y que cubra a toda la población no importa su situación laboral, nivel socioeconómico, ni lugar de residencia en Puerto Rico, similar a los seguros que existen en países como en Canadá y Taiwán. Este seguro pertenecerá al individuo residente en Puerto Rico desde su nacimiento hasta su muerte y por consiguiente será transportable con el individuo a todos sus escenarios laborales durante su vida y, aun así, si éste estuviera incapacitado o desempleado. Se negociará con otros países para que esta cubierta pueda ser utilizada durante períodos de viaje casual o de trabajo por ciudadanos residentes en Puerto Rico. Con relación a los indocumentados residentes en Puerto Rico se establecerán unos criterios básicos para que puedan así recibir los mismos servicios de calidad que el resto de los ciudadanos, asegurando así, la salud como principio fundamental de solidaridad humana y como derecho fundamental de todos los ciudadanos y sus comunidades del Estado, según establecido anteriormente en nuestros principios fundamentales.
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Se creará una corporación pública sin fines de lucro que se encargara de recoger los fondos necesarios para operar el seguro de salud, de administrar los fondos, y de pagar a los proveedores de servicios de salud. Los mecanismos y niveles de pago a los proveedores se negociarán a nivel colectivo entre el Seguro nacional y las diferentes organizaciones e instituciones que agrupan a los proveedores de servicios de salud en Puerto Rico (similar a lo propuesto por el Proyecto del Senado 2190 sometido en el cuatrienio 2004-2008). La cubierta de servicios incluidos en el seguro será similar o más completa de la que tiene actualmente el Seguro de Salud del ELA con la Reforma. Las aseguradoras privadas no podrán competir con la cubierta de servicios incluidos en el Seguro Nacional de Salud, sólo podrán ofrecer planes médicos por los servicios que no se incluyan en la cubierta básica del seguro nacional.
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Un sistema como el que se propone, con una comunidad de proveedores de servicios de salud como la que contamos, es factible a un costo mucho menor que el existente. El financiamiento se obtendrá de las siguientes fuentes:
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El Gobierno aportará una cantidad de recursos financieros, como lo hace ahora, para atender las necesidades de salud de las personas que no estén empleadas o carezcan de ingresos recurrentes suficientes. A diferencia de cómo se hace ahora, estos recursos se distribuirán a las Juntas Regionales de Salud.
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Los patronos del sector público y privado harán las aportaciones al sistema unificado, en lugar de hacerlo a los planes médicos particulares.
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Los empleados del sector público y del sector privado harán sus aportaciones, como lo hacen ahora, de acuerdo a la negociación colectiva o según se establezca por contrato o ley; pero los pagos se harán al sistema unificado.
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El sector de auto empleado (profesionales, contratistas individuales, pequeños detallistas etc.) pagará de acuerdo a su ingreso reportado en sus planillas contributivas.
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Se estimularán los donativos del sector privado mediante campañas que ilustren sobre las consecuencias económicas positivas de que la población cuente con un sistema de salud eficaz.
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Cuando se revise el sistema de deducciones permitidas para obtener el ingreso neto sujeto a contribuciones de los individuos se incentivará el tomar las deducciones por aportación al plan médico y otros gastos de salud, eliminando el sistema restrictivo imperante.
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La readquisición de los centros de salud y tratamiento que han sido privatizados se hará al precio en que se vendieron al privatizador.
Mediante este sistema los proveedores de salud podrán hacer su trabajo en beneficio de la población sin interferencias indebidas de políticos o empresas con afán de lucro.
b. La Prevención, Promoción, y Educación para la Salud
Según estimados no oficiales, Puerto Rico gasta alrededor de un 16 a 17 por ciento de su Producto Bruto Interno en servicios y productos relacionados a la salud. Esto convierte a Puerto Rico en posiblemente el país del mundo que más gasta en salud en proporción al tamaño de su economía en todo el mundo, inclusive más que los Estados Unidos. Sin embargo, el desempeño de nuestro sistema de salud en términos de indicadores de salud está por debajo de otros países que gastan mucho menos en servicios de salud. Un paso fundamental que nos proponemos realizar para incrementar la eficiencia de nuestro sistema de salud es reasignar los fondos disponibles para incrementar y ampliar los programas de servicios e investigaciones dirigidas a la prevención, promoción, y educación en salud.
Las condiciones y problemas de salud que afectan más severamente a nuestro pueblo son en gran medida prevenibles o controlables. Al invertir con estos programas logramos mejorar el estado de salud de la población y a la misma vez logramos considerables ahorros en gastos futuros de salud del Estado, que a su vez se pueden seguir invirtiendo en el mantenimiento de ese óptimo estado de salud que se espera obtener. El rol del estado en el interés de mantener como tema prioritario, financiamiento y provisión de, los servicios de promoción, prevención, y educación es crítico ya que los efectos y beneficios de éstos son usualmente de mediano y largo plazo. Como parte de la estrategia para incrementar los esfuerzos en prevención, promoción, y educación proponemos lo siguiente:
Instituto Nacional de Promoción de la Salud
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El PIP propone crear este Instituto Nacional de Promoción de la Salud que tendrá la encomienda de desarrollar e implantar la Política Pública de Promoción de la Salud y Educación en Salud en Puerto Rico. Se requiere que la Política Pública a desarrollar, además de prescribir las acciones del Departamento de Salud, tenga un alcance intersectorial a nivel nacional.
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El Instituto tendrá la encomienda de crear una estructura operativa denominada la Junta Coordinadora Intersectorial de Promoción de la Salud y Educación en Salud de Puerto Rico. Será la entidad y mecanismo asesor en la planificación, la ejecución y la evaluación de las políticas de Promoción de la Salud y Educación en Salud en Puerto Rico. La Junta estará integrada por representantes de los sectores gubernamental, privado, comunitario, académico, entre otros. Este mecanismo de planificación intersectorial está siendo implantado en diversos países Europeos y de las Américas con resultados favorables. Al presente, esta propuesta es endosada por los organismos internacionales vinculados a la Promoción de la Salud.
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El Estado y la Junta Intersectorial deberán desarrollar y divulgar un Plan Estratégico Intersectorial de Promoción de la Salud a nivel Nacional que describa los principales objetivos y acciones en Promoción de la Salud en Puerto Rico. Se propone un Plan a cinco años guiado por las prioridades temáticas o asuntos sociales y de salud a ser intervenidos. El Plan deberá reflejar los valores de la equidad, el bienestar social, la igualdad y los derechos humanos en salud. Deberá incorporar perspectivas ideológicas amplias de la salud que propicien la intervención con los determinantes sociales de la salud, los factores protectores de la salud, los imperativos comunitarios, los estilos de vida, los factores de riesgo y los entornos asociados a la Promoción de la Salud (Lugares de trabajo, Escuelas, Ciudades, Municipios, Comunidades, Instituciones de salud, entre otros).
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El Instituto Nacional de Promoción de la Salud recibirá asignaciones presupuestarias para el desarrollo de las actividades programáticas con enfoque nacional y para las acciones de evaluación e investigación sobre asuntos de pertinencia social y de salud en Puerto Rico.
Promoción de la Salud Escolar
Se estima que en Puerto Rico una cuarta parte de la población se encuentra en la edad escolar. Además, se reconoce que gran parte de las acciones de Salud Pública a nivel global se realizan en el ámbito escolar por tratarse de una población joven que es donde se deben iniciarse las acciones de promoción de estilos de vida saludables. La Escuela es el escenario idóneo, por su población cautiva y joven, para articular iniciativas de Educación en Salud y prevención sobre bases de continuidad y permanencia lo que facilitará el seguimiento y las evaluaciones de efectividad.
Se sugiere impulsar la implantación de la Política Pública de Educación en Salud Escolar en Puerto Rico contenida en la Ley 70 del 18 de agosto de 1989. (Se afirma que los fondos para la implantación de la referida Ley están siendo utilizados para otros propósitos). Se propone reorientar la planificación estratégica en el ámbito de la Educación en Salud Escolar en Puerto Rico para fortalecer las relaciones de trabajo colaborativo intersectorial entre los Departamentos de Salud y Educación. Se sugiere reactivar los proyectos de Escuelas Promotoras de la Salud en los Departamentos Gubernamentales de Salud y Educación, respectivamente. Ambas estrategias de intervención en Promoción de la Salud continúan siendo prioridad programática en salud en el ámbito regional y global. Otras medidas relacionadas a la prevención y promoción de la salud de la población escolar se mencionan en el área de salud mental, obesidad, y salud oral.
Salud sexual y reproductiva
La salud sexual y reproductiva contempla el disfrute de una vida sexual satisfactoria, la posibilidad de ejercer el derecho a procrear o no, la libertad para decidir el número y espaciamiento de los hijos, el derecho a obtener información que posibilite la toma de decisiones libres e informadas, la posibilidad de elección de métodos de regulación de fecundidad seguros, eficaces y accesibles, la eliminación de la violencia doméstica y sexual, la detección y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, y de otros padecimientos, y el acceso a cuidados y atenciones durante el embarazo y alumbramiento. Nuestro Partido propone:
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Ante la realidad de que aproximadamente el 37 por ciento de los adolescentes están sexualmente activos, promover otros acercamientos además de la invitación a la abstinencia, educando a los y las jóvenes sobre prácticas de sexo seguro y prevención de embarazos no deseados.
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Garantizar, a través de Clínicas para Adolescentes, la disponibilidad de una primera visita al ginecólogo entre las edades de 13-15 años, dependiendo de la madurez psico-sexual de la joven. En esta visita, la adolescente debe recibir información sobre anticonceptivos y sexo seguro. Para aquellas jóvenes de 15-24 años que están activas sexualmente, se les debe realizar la prueba de Clamidia y asegurar cuando sea necesario el acceso a tratamiento.
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Incluir en los servicios del Plan Universal de Salud y en los planes médicos privados, la administración de la vacuna contra el papiloma humano y los medicamentos anticonceptivos.
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Establecer programas de educación sexual y acceso a métodos anticonceptivos a toda la población, en particular los sectores más empobrecidos; restaurar y aumentar los recursos asignados a los programas correspondientes en el Departamento de Salud.
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Promover la maternidad segura, tomando medidas para bajar la tasa de cesáreas, que en Puerto Rico llega al 48.7% de los partos, y fomentando la preparación de enfermeras parteras.
(Para conocer nuestras propuestas relacionadas a la problemática específica de la mujer y la salud, ver Sección Agenda de la mujer, inciso D).
C. Fortalecimiento del Cuidado y Atención Primaria de Salud
Como parte de la reforma de salud muchos de los centros de cuidado primario, como son los Centros de Diagnostico y Tratamiento (CDT), fueron privatizados y desmantelados. En su lugar, la poblaciónMedicaid comenzó a ser atendida por médicos privados organizados bajo IPAs (Individual Physicians Associations) que son agrupaciones privadas de médicos primarios. Sin embargo, estos grupos ofrecen en muchos casos un cuidado de salud desarticulado, con un motivo de lucro, no comprensivo, y con una perspectiva clínica limitada. Para ser cónsonos con el paradigma de regionalización, el cuidado primario debe tener un rol prioritario y fundamental. Para esto el PIP propone recapturar el concepto de centros de cuidado primario pero con la tecnología y recursos del siglo 21.
Nos proponemos fortalecer, expandir, y modernizar la red de centros de cuidado primario a través de toda la isla a través de una alianza entre el Departamento de Salud, los municipios, y las organizaciones sin fines de lucro. Estos centros ofrecerán servicios clínicos de salud física y mental, y también proveerán servicios de prevención, promoción, y educación en salud. El personal de dichos centros consistirá de profesionales de salud clínicos como médicos primarios (médicos de familia, generalistas, internistas, pediatras, y obstetras), siquiatras, sicólogos, personal de enfermería, dentistas y otros. Pero también habrá profesionales de la salud pública como educadores en salud, nutricionistas, epidemiólogos, demógrafos, gerontólogos, y otros, que contribuirán no solo con sus servicios dentro del contexto clínico y preventivo, sino que formarán parte del equipo de evaluación de dichos servicios y emitirá recomendaciones basadas en las evidencias recogidas. Además de proveer servicios a los usuarios y pacientes que visiten sus facilidades, estos centros tendrán también la misión de ir a las comunidades para hacer un perfil de los problemas sociales y de salud que las mismas confrontan e intervenir en las mismas para impactarlas.
Estos centros proveerán servicios a toda la población que reside dentro del área geográfica que los rodea no importa el nivel socioeconómico de los individuos. Los centros serán gobernados de forma democrática por las mismas comunidades a través de juntas de Gobierno que tengan representantes de los diferentes grupos que componen la comunidad (usuarios, pacientes, y líderes comunitarios), los profesionales de la salud empleados en el centro, el Gobierno municipal, y el Departamento de Salud. (Parecidos a Centros 330 federales, pero con mayor amplitud de servicios como se ha descrito anteriormente) Los centros servirán como lugares de entrenamiento para los estudiantes de medicina y otras profesiones de la salud que quieran especializarse en medicina primaria. Y también se promoverá que estos centros desarrollen lazos de cooperación con instituciones académicas para el desarrollo de proyectos de investigación.
Los centros serán financiados a través de una combinación de fondos: recursos directos del Departamento de Salud, fondos provenientes del cobro al seguro de salud nacional (y otros seguros como Medicare), fondos federales, fondos municipales, y donativos privados. Los centros también recibirán bonificaciones y fondos adicionales, como incentivos atados a su desempeño medido en términos del mejoramiento o mantenimiento óptimo de los indicadores de salud de la población que atienden.
Los centros se organizaran bajo cada una de las regiones de salud, ya existentes, en la isla y de igual manera se creará una coordinadora de todos los centros de cuidado primario en Puerto Rico. Esta coordinadora promoverá el intercambio de información, experiencias y la colaboración entre centros para el desarrollo de una política coherente y nacional para mejorar el cuidado primario en toda la nación.
d. La Regionalización de los Servicios de Salud como Paradigma
El modelo de regionalización conceptualiza la estructura, organización, administración, y accesibilidad de los servicios de salud dentro de una región geográfica en función de las necesidades de su población. El objetivo es que los servicios de salud dentro de esa región operen como un solo sistema basado en la jerarquía de servicios entre cuidado primario, secundario, terciario, y supra-terciario. El modelo no requiere un esquema particular relacionado a la propiedad de las instalaciones de salud o al financiamiento de los servicios. Los proveedores de servicios pueden ser públicos, privados con fines de lucro, o sin fines de lucro.
Para implementar el principio de la regionalización de salud en Puerto Rico nos proponemos crear los Consejos de Salud Regionales (CSR).Los Consejos de Salud Regionales estarán compuestos por representantes del Departamento de Salud, la corporación que administra el seguro nacional de salud (equivalente a ASES), de los gobiernos municipales, de los profesionales de la salud de la región (médicos, enfermeras, dentistas, etc.), de las organizaciones que son proveedores de servicios públicos y privados (centros de cuidado primario, farmacias, laboratorios, y hospitales, etc.), y de la población en general.
Los Consejos serán responsables por hacer un perfil epidemiológico y socio demográfico de la región, identificar y priorizar los problemas de salud más importantes, evaluar la necesidad por servicios y programas de salud, elaborar un plan para la creación de un sistema integrado de servicios de salud (SIS) para la región donde participen todos los proveedores. Este plan será sometido al Departamento de Salud que le dará su aprobación final. El Departamento entonces creara un plan nacional de salud donde incorporara e integrar a los planes regionales. Para su funcionamiento los Consejos de Salud Regionales recibirán el apoyo fiscal y logístico del Departamento de Salud.
e. Fortalecimiento de las Estadísticas e Informática Nacionales del Sistema de Salud
Una de las funciones más importantes que tiene que realizar el estado es el monitoreo y evaluación del sistema de salud. Para llevarlas a cabo, sin embargo, el estado necesita ser capaz de medir con exactitud lo que está ocurriendo en el sistema de salud a nivel de su estructura, provisión de servicios, y resultados e impactos sobre el estado de salud de la población. Es por esto que el PIP se propone expandir, fortalecer, y modernizar las estadísticas e infraestructura informática del sistema nacional de salud. Nuestras propuestas son las siguientes:
Cuentas Nacionales de Salud
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Actualmente no tenemos en Puerto Rico cifras oficiales de cuánto dinero se gasta en el sector de la salud ni como ese dinero se gasta. Las cifras existentes no son oficiales y provienen de diferentes fuentes. Es por esto que nos proponemos crear un sistema de Cuentas Nacionales de la Salud (National Health Accounts) en Puerto Rico. Este sistema ya existe en mucho de los países desarrollados y en vías de desarrollo. El mismo también es promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OECD. Las Cuentas Nacionales de la Salud (CNS) es un sistema contable a nivel macroeconómico que permite medir el flujo de fondos dentro del sector de la salud. Es decir, se mide la cantidad de fondos que entran al sistema de salud desde las fuentes originales de fondos, como se canalizan y mueven a través de los intermediarios financieros, y en qué tipo de servicios se utilizan. Las CNS nos permitirán determinar no solo cuanto exactamente gastamos en salud en Puerto Rico, si no como se distribuyen los fondos en términos de servicios, condiciones, y poblaciones.
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Para poder crear estas cuentas nos proponemos aprobar legislación que obligue a todas las auguradoras, incluyendo al Seguro nacional de Salud, a someter al Departamento de Salud informes anuales de forma estandarizada sobre los gastos en servicios de salud. También se aprobaran fondos para que la Universidad de Puerto Rico realice anualmente una encuesta poblacional donde se recoja información sobre el uso y gasto en servicios de salud. De esta forma se obtendrá los datos que se necesitan para estimar las tablas. El Instituto de Estadísticas de Puerto Rico junto con la Universidad de Puerto Rico serán las entidades encargadas de producir las CNS.
Sistema de de Estadísticas Nacionales de la Salud para la Vigilancia, Monitoreo y Evaluación
El PIP propone crear un sistema de estadísticas nacionales de salud que coordinado por el Departamento de Salud, el Seguro Nacional de Salud, el Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, y el Instituto de Estadísticas. El mismo tendrá como objetivo el monitoreo y evaluación de la utilización, los procesos, la calidad y resultados de los servicios y programas de salud en Puerto Rico ya sea el sector público o privado. Este sistema nos servirá para evaluar el acceso, la efectividad y la eficiencia de los servicios y programas a nivel macro y micro del sistema de salud. El objetivo es hacer análisis a nivel de diferentes condiciones, poblaciones, y regiones geográficas. Para ello se deben implementar como política el uso de las medidas HEDIS para la medición de procesos y resultados de la calidad del cuidado médico. También debemos medir rutinariamente los cambios de la calidad de vida y la calidad percibida, con instrumentos debidamente validados.
F. Problemas y Situaciones de Salud de Interés Prioritario
Prevención y control de las principales causas de muerte en Puerto Rico.
Las primeras diez causas de muertes en Puerto Rico son actualmente las siguientes: enfermedades cardiovasculares, tumores malignos o Cáncer, Diabetes Mellitus, enfermedades cerebro vasculares, Alzheimer, enfermedades crónicas pulmonares, enfermedades hipertensivas, Neumonía e influenza, Nefritis y nefrosis, y enfermedades del hígado. La Estrategia Regional y Plan de Acción para un enfoque integrado sobre la prevención y el control de las enfermedades crónicas, que son las causantes de las principales causas de muerte en la isla, debe ser de forma integral, requiriendo una combinación de intervenciones para la población y para los individuos. Se incluye estrategias de prevención y control focalizadas en las principales enfermedades crónicas y los factores de riesgo comunes (especialmente la dieta, la actividad física, el consumo de tabaco, alcohol, entre otros). Por último, debe ser con enfoque intersectorial, porque la mayoría de los determinantes principales de la carga de morbilidad crónica se encuentran fuera del sector de la salud. Por lo tanto, la Estrategia usa cuatro líneas de acción:
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Vigilancia
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Abogacía y política.
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Promoción de salud y prevención
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Manejo integrados de las enfermedades crónicas y sus factores de riesgo.
La meta es prevenir y reducir la carga de las enfermedades crónicas y sus factores de riesgo en PR. El objetivo que se espera lograr es una reducción anual de las tasas de mortalidad por enfermedades crónicas (prioritarias), lo que resultará en salvarles la vida a muchas personas durante los próximos diez años, por lo tanto se podrá aliviar las responsabilidades sociales y de trabajo.
La racionalización de la Estrategia es bien conocida. Las enfermedades crónicas son la causa principal de muerte en nuestro país. Son más comunes entre los pobres y, cuando ocurren, resultan en pobreza para las personas y las familias afectadas. Los factores de riesgo están en gran parte socialmente determinados e incluyen el conocimiento, las actitudes, las capacidades y el ambiente social-cultural, etc. Se pueden prevenir mediante una variedad de intervenciones rentables, muchas de las cuales son de bajo costo. Muchas complicaciones costosas también pueden ser prevenidas con buenas políticas públicas de salud. No obstante, debemos lograr un equilibrio entre la prevención y el control.
Para la promoción de las Estrategias, el PIP propone desarrollar un plan de comunicaciones. Este Plan identificará las vías y vehículos mediáticos para comunicar la importancia de tomar acciones para promover la salud y combatir las enfermedades. Se identificarán y se entrará en diálogo con portavoces y personas claves que toman las decisiones para promover el Plan; y se diseñarán mensajes para radio, televisión y prensa. Estos mensajes se adaptarán a diversos públicos que incluyen, pero no se limitan, a los profesionales de la salud, las personas que viven con enfermedades y la sociedad civil que todavía preserva la salud.
Las intervenciones que se desarrollen y la realización de acciones dirigidas al control de los principales factores de riesgo para enfermedades incluyen como características básicas la integración de acciones de prevención, la búsqueda de la promoción de equidad en salud y el efecto demostrativo. Se propone la utilización de acciones integradas como componente estratégico central, entendidas como la necesidad de actuar de forma simultánea sobre diversos factores de riesgo en diferentes niveles y ámbitos. El PIP propone la formación de un consenso estratégico entre diferentes interesados directos -como las organizaciones del sector gubernamental, no gubernamental y privados -con la finalidad de aumentar la cooperación y la respuesta a las necesidades de la población.
El riesgo para algunas enfermedades crónicas como las cardiovasculares y ciertas formas de cáncer, es más alto en los niveles socioeconómicos bajos, con un aparente incremento de esta tendencia en los últimos años. Las estrategias de prevención deben considerar