lunes, 15 de diciembre de 2008

El PIP es más que un partido político

 

por: Alexandra Rodríguez Burgos
15 de diciembre de 2008

Puerto Rico lleva más de cuatro décadas acudiendo a las elecciones a escoger entre dos partidos que cada vez se parecen más. Cada cuatro años nos dejan un legado de desesperanza, corrupción y mal gobierno. Cuando la frustración y el desencanto alcanzan su nivel supremo, sustituimos el partido gobernante con el que nos gobernó antes con iguales resultados. Así nos pasamos la vida entre los malos y los peores. Hasta ahora estos dos habían tenido que moderar sus desenfrenos porque existían dos legisladores de un tercer partido que eran nuestros vigilantes y un freno a sus desmanes. Eso, por motivos incomprensibles, ya no es así.

Para colmo de males, surgió un cuarto partido, tan "partido" que no tenía ni ideología, amorfo y disparatero. En él cabía un ambientalista, que nadie nunca vio en Vieques ni en ninguna lucha importante en defensa del ambiente, y un "marine", los mismos que bombardeaban en Vieques y perpetúan hoy el genocidio como norma de vida. Con la misma velocidad que se infló, así se disolvió.

Lo más triste y lastimoso es ver a algunos independentistas de "línea dura" que en la última década han depositado su fe para defender nuestra lucha patriótica en figuras como Sila Calderón, Acevedo Vilá y hasta algunos vociferantes personeros de poca monta dentro del PPD, que no vale la pena mencionar.

Mientras toda esta lastimosa historia ocurre, hay un instrumento de lucha que lleva 62 años de constancia, consecuencia y verticalidad en contra de enemigos gratuitos, víctimas de su propia frustración y en contra de otros que no son tan "gratuitos".

Los que quieran desacreditar al instrumento de lucha que ha sido el PIP tendrán que volver a escribir la historia u ocultarla. El trabajo legislativo de excelencia realizado a lo largo de 62 años les da en la cara a cada falso analista. El trabajo en comunidades, en la calle, en los foros internacionales y en cada brazo que alza para defender al pueblo no lo pueden cambiar los mentirosos de turno que sirven a intereses que todos conocemos. Cierto es que en el camino se ha tenido que reinscribir al Partido en varias ocasiones, pero siempre lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo cada vez que sea necesario.

A varias semanas de terminado el proceso eleccionario, la interrogante es la misma siempre: ¿nos rendimos ante la cultura de la corrupción y el mantengo o nos levantamos con más determinación hasta conseguir la victoria del pueblo? Yo sé la respuesta y tú también la sabes: la vida es lucha toda. ¡Hasta la victoria siempre!


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