José R. Bas García - independencia.net
San Juan, Puerto Rico - 15 de agosto de 2009
El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), tal como había anunciado, se unió a los residentes de la comunidad Villa del Sol, de Toa Baja, y otras organizaciones en una marcha de protesta y solidaridad ante los actos de atropello por parte del gobierno que intenta desplazarlos de ese lugar porque la comunidad está establecida en lo que el gobierno llama "terrenos invadidos" y los residentes "terrenos rescatados".
El Secretario General del PIP y portavoz de la colectividad, Lcdo. Juan Dalmau Ramírez, explicó que la función del gobierno debía ser "garantizar el techo y los servicios esenciales a los miembros de esta comunidad". En contraste, el gobierno del PNP y el señor Luis Fortuño se ha enfrentado a una comunidad de personas económicamente marginadas y pobres "con la fuerza bruta de la Policía para macanear y desplazarlos", según expresó Dalmau.
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"El Gobierno tienen que buscar una avenida de dialogo que permita un alojo razonable, no temporero. Este es el reclamo razonable que hace hoy la comunidad Villa del Sol", manifestó el líder independentista durante una entrevista realizada para la televisión.
Al contestar preguntas sobre el enfoque que, tanto el gobierno, como algunos medios de comunicación, le han dado este caso alegando que los terrenos no son propiedad de los residentes y que muchos de ellos son inmigrantes ilegales en Puerto Rico, Dalmau reiteró que "si bien es cierto que las personas tomaron terrenos baldíos, también es cierto que lo hicieron por necesidad. Ahora hay familias con niños y jóvenes sin servicio de electricidad, ni de agua cuando el país está pasando por una crisis de salud. La actitud del gobierno no puede ser la macana y el golpe. Tiene que ser la de una mano sensible que de verdad ayude al sector más necesitado. El criterio para atender esto no puede ser si se trata de ilegales o no. El Gobierno tiene que atender la dignidad humana por sobre todas las cosas", afirmó Juan Dalmau.
La marcha partió a la 1:00 p.m. desde la Plaza Colón, frente al Teatro Tapia del Viejo San Juan, subió por la calle San Francisco y llegó hasta La Fortaleza donde se realizó un acto breve con mensajes de distintos líderes comunitarios. Durante la misma se escucharon consignas y estribillos que aludían a la doble vara con que las administraciones que se han turnado el poder en Puerto Rico han tratado el mismo tema de las invasiones, dependiendo de quien sea el invasor. Si se trata de invasores con dinero, como por ejemplo las de La Parguera en Lajas, hay "guantes de seda". Cuando un influyente contribuyente de las campañas políticas desea construir algún proyecto, aunque sea en zonas de reservas naturales o del patrimonio histórico puertorriqueño, se estudian todas las venidas, por extrañas y novedosas que puedan ser, a fin de hacer posible el proyecto. Cuando le han puesto el ojo a una comunidad pobre con intenciones de construir estructuras lujosas allí, el gobierno ha estado generalmente presto a desplazar a los residentes para viabilizar los proyectos. Se mencionaron los casos de Los Filtros, Mainé y Juan Domingo en Guaynabo, Vietnam de Cataño y Guaynabo, el Caño Martín Peña en San Juan, Villa Cañona de Loíza y muchas otras comunidades iguales a la de Villa del Sol que han sido medidas con la otra vara, la de medir a los pobres.