sábado, 1 de agosto de 2009

Mensaje de don Heriberto Marín en Cerro Maravilla




Mensaje en el Cerro Maravilla

el 25 de julio de 2009

 

 

Mis queridos compañeros y compañeras, gracias por este reconocimiento, el cual quiero compartir con todos y cada uno de aquellos hermanos y hermanas con los cuales tuve y tengo el honor de formar parte de sus luchas y que prefirieron dar sus vidas o dar con sus huesos en las cárceles del Imperio (algunos enloquecieron como el poeta Francisco Matos Paoli) por defender la verdadera soberanía de nuestra Patria, que no es otra cosa que la Independencia.  Porque "soberanía" con cadenas más largas, no es soberanía.
 
Pero dentro de esta dedicatoria, quiero recordar y honrar a mi sobrino y hermano Juan Antonio González Marín (Tony), fallecido el 1ro de junio de este año.  Uno de los últimos patriotas jayuyano participante en la Revolución del 1950.  Tony mantuvo su ideal incólume hasta el momento mismo de su partida.  Dos días antes de irse le confesaba a Cobí (su primo) que el dolor del cáncer no era tan fuerte como el dolor de morirse sin ver su Patria libre.
 

Tony fue un ser noble y vertical.  Por eso mi respeto y admiración a esos que se han sacrificado y que aun siguen de pie, sin doblar las rodillas ante el Imperio.

Felicito a los seis compañeros y compañeras que se manifestaron en el Congreso, así como al semanario Claridad por sus 50 años.
 
Hoy honramos a dos jóvenes mártires, asesinados en este cerro jayuyano, que son ejemplo de lo que es el amor a la Libertad.
 

Todos esos hermanos y hermanas del alma, no solamente soñaron con una Patria Libre, sino que ofrendaron sus vidas por hacerla realidad.

Nuestro Puerto Rico no puede seguir viviendo al vaivén del pensamiento de aquel que una vez se llamó a si mismo, el "Panfletista de Dios" y que luego se convertiría en el panfletista del coloniaje y la traición, terminando con servir de verdugo del Maestro Pedro Albizu Campos y de muchos otros patriotas puertorriqueños.

Indudablemente que hay esclavos que se han acostumbrado tanto a las cadenas, que ya les hacen falta.  Por eso te hablan de soberanía sin soberanía.  Quieren ser, pero no se atreven a ser.  Su soberanía es la de las dos banderas, los dos himnos, las dos ciudadanías, etc. etc.
 

La Patria, como dijera Don Pedro, "es valor y sacrificio".  Por ese ideal murieron Griselio Torresola, Carlitos Irizarry, Gonzalez Ubides, Blanca Canales, Doris Torresola, Elias Beauchamp, Hiram Rosado, Heriberto Castro y los mártires de Utuado, Filiberto Ojeda, Raimundo Díaz Pacheco y sus compañeros que atacaron La Fortaleza y decenas de puertorriqueños más que forman parte del martirologio de esta tierra nuestra.  Sin olvidar a Oscar Collazo que se enfrentó a la pena de muerte sin dar un paso atrás.  Tampoco podemos olvidar a Lolita Lebrón, Rafaelito Cancel, Andrés Figueroa Cordero y a Irvin Flores.  Son muchos, muchos más.

Ellos y ellas no se sacrificaron por una soberanía a medias y sí por la Independencia total de la Patria.
 
¡Gloria a todos ellos y ellas!
 
Yo no sé…lo he pensado tantas veces, si los puertorriqueños sufrimos de olvido prematuro o si la amnesia colectiva forma parte de nuestro ser colonizado, aunque siempre hay sus excepciones; aquellos que saben agradecer el sacrificio de los que han mantenido sobre todas las adversidades la verticalidad de sus ideales.  Y vienen a mi memoria la lucha que se libró en Culebra, en la década del 70 para sacar la Marina de los Estados Unidos.  Y la de Vieques.  En ambas hubo una persona que fue el líder que llevó en sus hombros lo más duro de la lucha.  Sufrió vejámenes y cárcel, pero logró despertar la conciencia del pueblo.  Y la marina tuvo que irse de ambas islas.  Fue un triunfo del pueblo, pero también del sacrificio y la tenacidad de aquel hombre
 
Esa persona, a quien admiro y respeto, que además es mi amigo y reconozco su patriotismo y su verticalidad: cómo le hemos pagado?  ¡Yo sí sé cómo!  Y lo digo sin que me quede nada por dentro…con la mayor de las ingratitudes.
 
Me conforma saber que aún más allá de la muerte terrenal, el juicio de la historia es implacable con aquellos que no supieron honrar la Patria.  Porque, compañeros y compañeras, la historia no perdona.
 

Dentro de poco cumpliré 81 años…quiero que cuando el Señor me llame, entrar de pie a la Eternidad, tal como he vivido.

Y como dijo Cuahtemoc Cárdenas en el Congreso Pro-Independencia celebrado en Panamá en el 2006: "Cuando un hombre sueña solo, solo sueña, pero cuando hay otros que sueñan con él, el sueño se hace realidad."

 

Heriberto Marín Torres

25 de julio de 2009

Cerro Maravilla

Jayuya, Puerto Rico