Homenaje a doña Lolita Fernando Martin Garcia Presidente Ejecutivo del Partido Independentista Puertorriqueño | | Quizás la aportación más profunda y duradera de don Pedro Albizu Campos a la lucha por la independencia de Puerto Rico fue su insistencia en que más allá de las indispensables reivindicaciones propiamente políticas y económicas el objetivo fundamental de la lucha era hacer posible la superación moral de nuestro pueblo y el triunfo de los valores superiores de la humanidad. Por ello su llamado al sacrificio y al valor necesarios para asumirlo. Sin ese sacrificio esforzado y consecuente, sin esa dedicación abnegada e intransigente, la causa de la independencia se reducía a un puñado de argumentos incapaces de conmover la conciencia íntima de un pueblo profundamente colonizado y dependiente e incapaz igualmente de imprimirle trascendencia a los esfuerzos libertadores. Se requerían vidas ejemplares para nutrir la causa. Doña Lolita Lebrón fue pues discípula por excelencia del paradigma albizuísta, tanto cuando creyó en la necesidad de la lucha armada como cuando luego concluyó que la utilidad estratégica de ésta había concluido. Consagró su vida entera, incluyendo los veinticinco años que pasó encarcelada en las condiciones más abusivas, a la causa de la independencia de Puerto Rico y de la regeneración de nuestro pueblo. A la manifestación superlativa de valor y sacrificio añadió las virtudes de la bondad, la humildad y la sabiduría, apoyadas todas por una incandescente fe católica. Desde su excarcelación en 1979 los dirigentes del Partido Independentista Puertorriqueño mantuvimos una estrecha y respetuosa relación con doña Lolita quien, a lo largo de los años y pese a su inconmovible decisión de no participar en procesos eleccionarios, nos ofreció siempre su solidaridad, comprensión y estímulo. Fue para nosotros un faro de luz deslumbrante y una inspiración permanente. Ha sido pues un honor para nosotros que doña Lolita, en su generosidad, dispusiera que Rubén Berríos hablara en la despedida de duelo. Es de justicia señalar aquí la deuda de agradecimiento que todos tenemos con la Revolución Cubana por haber podido contar con doña Lolita en libertad estos últimos treinta años. Su excarcelación, junto con la de los otros héroes nacionalistas entonces presos en cárceles de Estados Unidos, fue el resultado de una propuesta de Fidel Castro al gobierno de Estados Unidos en 1978 de que Cuba excarcelaría a cuatro norteamericanos contrarrevolucionarios a cambio de la excarcelación de los cuatro nacionalistas. El 7 de septiembre de 1979 el gobierno de Estados Unidos liberó a los puertorriqueños y diez días más tarde, Cuba entregó a los cuatro americanos al encargado de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. De no haber sido por esta diligencia revolucionaria antillana y martiana de Fidel, quién sabe cuántos años más hubieran pasado nuestros patriotas nacionalistas en la cárcel. El otro lado de la moneda del compromiso de doña Lolita con la independencia era su rechazo intransigente al colonialismo en todas sus formas, y particularmente al fraude del llamado Estado Libre Asociado que pretendía encubrirlo, para engañar, no sólo a nuestro pueblo, sino a la comunidad internacional. Recordemos que la motivación política específica del ataque al Congreso dirigido por doña Lolita en 1954 era denunciar y repudiar la maniobra del gobierno de Estados Unidos el año anterior en Naciones Unidas, (con la complicidad cobarde del gobierno de Muñoz Marín) que culminó con la eliminación de Puerto Rico de la lista de territorios coloniales. La denuncia de doña Lolita al Estado Libre Asociado le costó veinticinco años de cárcel. Prohibido olvidar. Hoy lloramos la muerte de doña Lolita Lebrón pero celebramos con igual intensidad su vida. Nuestro agradecimiento sin medida y nuestro compromiso con seguir fieles a su lucha por la independencia es nuestro homenaje a su memoria. |