viernes, 3 de junio de 2011

Ante el plebiscito




 

Ante el plebiscito

Rubén Berríos Martínez

Presidente del PIP

 

El objetivo de los independentistas es adelantar y hacer realidad la independencia de Puerto Rico. Nuestra estrategia parte de dos convicciones:

Primero, el problema fundamental de nuestra patria es el colonialismo. 

Segundo, nuestra acción tiene que estar dirigida a impulsar las condiciones que hagan posible la suprema definición que predicó don Pedro como preludio a la independencia: ¡Yanquis o Puertorriqueños!

En el 2005, acorde con esa estrategia, el PIP promovió un proyecto de ley para expresar al Congreso y al presidente de los Estados Unidos la exigencia de nuestro pueblo de que el status de Puerto Rico sea uno no territorial y no colonial. El proyecto se aprobó con el voto de todos los legisladores populares y penepés junto a los del PIP, pero fue vetado por Acevedo Vilá.

Ese mismo año, el "Task Force" de la Casa Blanca, constituido en diciembre de 2000 por el presidente Clinton para tratar el problema de status y que continuó bajo la presidencia de G. W. Bush, rindió su primer informe. En el mismo la Casa Blanca al fin reconoció lo que había negado desde el 1952: el carácter territorial del actual status. En el 2011, bajo un presidente demócrata, la Casa Blanca reiteró lo mismo inequívocamente. Existen pues bases firmes para resolver el problema. La Casa Blanca reconoce la naturaleza territorial del ELA y la abrumadora mayoría de los puertorriqueños quiere vivir bajo un régimen no colonial y no territorial. Pero, desafortunadamente, el Comité de Diálogo sobre Status recientemente nombrado por el gobernador, compuesto por representantes de los partidos, no pudo llegar a un consenso. 

En dicho Comité, el PIP reiteró su recomendación de una primera votación sí o no sobre el actual status colonial, seguida por otra para escoger entre un plebiscito y una Asamblea de Status descolonizadora. Al no ser aceptada, el compañero Fernando Martín presentó posteriormente una propuesta alterna. Planteó la celebración de una consulta que consistiría de dos votaciones a llevarse a cabo en una misma fecha. En la parte superior de la papeleta se les preguntaría a los puertorriqueños si desean permanecer bajo el actual status o si desean un cambio hacia un status no colonial ni territorial. En la parte inferior de la misma papeleta el pueblo optaría entre las alternativas reconocidas por el derecho internacional: independencia, integración o libre asociación. De prevalecer el status actual en la primera votación, se descartaría el resultado de la segunda. 

El representante del PPD se opuso a nuestra propuesta. El del PNP indicó que estaría dispuesto a considerarla si en la segunda votación se añadía una alternativa adicional: un ELA soberano fuera de la cláusula territorial. El compañero Fernando Martín objetó tal sugerencia señalando que constituye pura fantasía. El del PPD, por otras razones, tampoco la aceptó. 

En cuanto a fecha para las diversas consultas consideradas por el Comité, el PNP nunca estuvo dispuesto a comprometerse, mientras nosotros y el PPD insistimos en fijarla. 

Al no lograrse consenso, queda en manos del control legislativo y ejecutivo del PNP formular el proyecto de ley sobre status. 

Ante esa realidad solicité reunirme con los presidentes de ambos partidos. Ya lo hice con el gobernador, quien se comprometió a considerar nuestra última propuesta. Próximamente me reuniré con el senador García Padilla.

Si el Directorio del PNP insistiera en su propuesta original o aceptara la recomendación del PPD cambiando solo las fechas de la misma, el PIP la combatiría e impugnaría.

Ante cualquier consulta o plebiscito a celebrarse durante el presente cuatrienio, lo esencial es deslegitimar el colonialismo, superarlo y promover la suprema definición. Hacia ahí va dirigida nuestra propuesta.

La colonia, aún por consentimiento, es por definición antidemocrática. Pero cuando persiste contra la voluntad del pueblo se convierte en tiranía. A la descolonización le ha llegado su tiempo. Muy pronto sabremos si los líderes del PNP y el PPD son capaces de responder al reto de la historia.

 

 

 

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