De entrada les quiero dar las gracias por la invitación para comparecer en la tarde de hoy. No tengo duda alguna que una de las necesidades mas grandes de nuestro pueblo es la necesidad de recuperar el diálogo.
A diario, en sus negocios, y en el diario vivir ustedes están envueltos en conversaciones, negociaciones y reuniones. Ustedes están día a día en un diálogo continuo con sus clientes, socios, empleados, suplidores, agencias gubernamentales, municipios y entidades sin fines de lucro.
Por tanto, reconozco que estoy ante un grupo de personas que no se han quitado, que no se han ido de Puerto Rico y que entienden que la palabra y el uso adecuado de la misma son herramientas medulares para el desarrollo pleno de nuestra sociedad.
El protocolo de esta organización nos convida a hablar de tres temas fundamentales: los fondos federales en Puerto Rico, la salud y la educación.
Antes de comenzar el diagnóstico y análisis de esos temas, entiendo que es necesario hacer unos apuntes sobre el estado actual de la economía del país y las atribuladas finanzas del fisco puertorriqueño.
Ustedes tienen conocimiento personal de la caída meteórica de la economía puertorriqueña. En los últimos 5 - 6 años se han perdido alrededor de 160,000 empleos, el crecimiento de la productividad puertorriqueña es ninguno, la industria inmobiliaria sigue en un estado de congelamiento y la industria bancaria se ha reducido exponencialmente y no es ni una sombra de lo que era hace 10 - 15 años.
En el sector público las cosas andan igual de mal. Primero, la legislatura y el gobernador anterior aprobaron un Impuesto al Consumo que ya está comprometido, la deuda de Puerto Rico sobrepasa el 100% del Producto Interno Bruto, las casas acreditadoras tienen en estado de vigilancia eterna al Banco Gubernamental de Fomento y el sistema de retiro esta al borde del colapso total. De hecho, se entiende que para el ano 2019, el sistema ya no va a tener los suficientes recursos para poder pagar sus obligaciones. A todo esto se le añade que esta semana a la legislatura actual se le ocurrió cuadrar, si ese es el término correcto, el presupuesto con fondos del Fondo del Seguro del Estado y la ACAA.
A nivel congresional la cosa no se pone mejor. En diciembre de este año se van a implementar unos recortes automáticos de 1.2 trillones que equivalen a alrededor de 109 mil millones de dólares al año. El impacto de esos recortes, por ejemplo, en el área de educación en Puerto Rico es de 109.5 millones de dólares.
La reforma de salud local esta parcialmente financiada por fondos congresionales y Puerto Rico ha sufrido perdidas millonarias en agencias, municipios y entidades sin fines de lucro por la reducción de perdida de población del censo.
Estamos desafortunadamente enfrentándonos a la tormenta perfecta. Ante ese cuadro es esencial preguntarnos que ha hecho el gobierno local para bregar con esa insuficiencia fiscal?
No hay que ser un ingeniero de cohete para saber que si en diciembre de este año se van a perder cientos de millones de dólares, hay que tomar acciones inmediatas y dramáticas para atender esa merma.
Pónganse ustedes en ese escenario. Ustedes que son dueños y administradores de comercios, cuántos de ustedes no despedirían al funcionario o los funcionarios responsables de un desmadre fiscal como ese?
Cuantos de ustedes no obligarían a su equipo de trabajo a analizar y estudiar si el problema no estriba en los funcionarios que ocupan el puesto, sino que también en un sistema político que simple y sencillamente no rinde lo suficiente?
Ciertamente, los accionistas de sus negocios no estarían dispuestos a aceptar unos resultados tan tétricos como los que vimos hace unos minutos.
Si los accionistas suyos no aceptan esos resultados por qué deben aceptarlos los accionistas del Pueblo de Puerto Rico?
¿Por qué los accionistas del Pueblo de Puerto Rico deben quedarse sentados aplaudiendo cada cuatro años y no exigen más de su clase política?
Por que entiendo que se debe exigir más y responsabilizar al gobierno federal de las limitaciones del actual estado colonial es que soy candidato a la Comisaría Residente en Washington por el PIP.
A esos efectos, es necesario transformar la oficina del Comisionado Residente de un ente pasivo a un fiscalizador de las agencias federales en Puerto Rico.
Necesitamos un Comisionado Residente que denuncie las injusticias y ejecutorias del gobierno federal en Puerto Rico.
Veamos un poco de historia.
Durante las décadas del bombardeo incesante de las playas de Vieques en cuántas ocasiones un Comisionado Residente exigió el cese de las operaciones militares en la Isla Nena?
¿Cuándo un Comisionado Residente denunció que se regara Agente Naranja en Puerto Rico o el carpeteo, por parte de autoridades federales y locales, de miles de puertorriqueños?
Ustedes no creen que si un Comisionado Residente hubiese hecho esos planteamientos, sus compañeros de hemiciclo lo hubiesen cogido en serio cuando estaba pidiendo fondos federales?
Por eso es que la oficina del Comisionado Residente se tiene que cambiar.
Como todos saben, el gobierno federal cada día está dando menos y menos dinero para Puerto Rico. Ese hecho nos debe llevar a cambiar los conceptos presupuestarios a nivel local.
El conservadurismo republicano está vivito y coleando en Washington. Y que nadie se crea que los demócratas de Obama van a enviar unas remesas adicionales a un territorio en el Caribe.
Las mejores muestras son temas como educación y salud.
En el tema de educación todos sabemos que el Congreso y el Presiente aprobaron un recorte masivo en las becas Pell. Ese recorte, unido al incremento del costo adicional de estudiar en la universidad de Puerto Rico, ha obligado a estudiantes a simplemente dejar las universidades o buscar otras alternativas. Esos recortes allá claramente tienen un impacto acá aunque los que los impulsan no los quieran ver.
Todos aspiramos a que nuestros hijos tengan una educación de primera. Desde nuestra trinchera, le propusimos al gobierno hacer un censo de los estudiantes afectados, darle orientación a los mismos y darle prioridad a estos en los programas de trabajo de verano de las agencias gubernamentales y de municipios.
Sobre la universidad del estado, tema que me toca a mí personalmente al ser miembro del claustro de la UPR Arecibo, entiendo que no se puede hacer una reforma cosmética de la universidad y mucho menos a puerta cerrada.
Se debe permitir la participación de la comunidad universitaria en todo plan de reforma universitaria.
No quiero pasar la oportunidad de hacer un breve comentario sobre el plan incompleto, impreciso, improvisado e incorrecto d bilingüismo del gobierno actual. La gran mayoría de las personas que están en este salón no estudiaron ciencias, matemáticas o historia en el idioma ingles ni en grados primarios o secundarios.
Si ustedes pudieron llegar a la Cámara de Comercio, por que el gobierno de Puerto Rico se empecina en establecer un sistema de enseñanza que no se usa en la gran mayoría de los colegios privados del país? Imagínense que a un grupo de estudiantes en Indiana les dijeran que tienen que aprender biología en francés o en español. Ustedes y yo sabemos que habría fuego en los campos de maíz de Indiana. A fin de cuentas, el plan es un mero intento, que anteriormente fracasó, para tratar de americanizar a nuestra juventud.
Por otro lado, también debemos denunciar la continua intentona del gobierno actual y de los anteriores de establecer un sistema de salud que no es un sistema de salud universal.
Mientras la gran mayoría de los países más avanzados y democráticos del mundo tienen sistemas de salud universal. Aquí tenemos un sistema que no cubre a todo el mundo y que le hace mucho más cara la operación a los negocios que ustedes dirigen.
Un sistema de salud universal no es ninguna medida socialista, países que tienen líderes conservadores en el poder como Alemania, España y Gran Bretaña todos tienen sistemas de salud universal. Creo que nadie aquí ni en ningún otro lugar se atrevería a decir que la Canciller Ángela Merkel es una socialista.
Mientras tengamos un sistema que salud depende de fondos federales seguiremos siendo rehenes de congresistas de Iowa, Arizona o Alabama que no tienen ningún interés en resolver nuestros problemas. Demás esta decir que esa visión de esos congresistas no cambiaria bajo la estadidad.
Por eso, y ante ese escenario, es que se debe ir a Washington a exigir y no a mendigar. Se debe ir a Washington a reivindicar los derechos de los puertorriqueños y no disculpar a los americanos.
Se debe ir al norte con el mismo ahínco y tesón que se van miles de puertorriqueños de nuestras costas porque no consiguen trabajo o no tienen oportunidades aquí en Puerto Rico.
A fin de cuentas, se debe ir al norte con un norte.