2 de diciembre de 2007
Por Jesús Dávila - Corresponsal de El Diario La Prensa en San Juan
En las proyecciones del Buró del Censo de Estados Unidos se ha registrado a partir del año 2000 una reducción neta de sobre 40,000 hogares con ingresos que no le alcanzan para cubrir sus necesidades, sin que haya evidencia de que mejoró su situación, lo que es indicativo de que han abandonado el país.
La nueva oleada de emigración masiva, que incluye también familias que se van por motivos no económicos, es apenas una de las señales de crisis.
Todavía no hay consenso sobre reformas a la ley para promover la inversión de capital y ha sido necesario extender la vigencia del estatuto hasta mediados del año próximo. Pero como si ese problema no fuera suficientemente grave para la discusión sobre política económica, ha provocado una nueva controversia el intento de subsidiar la industria de la construcción para superar la baja en el mercado de vivienda que ha dejado un excedente de miles de casas sin vender, especialmente caras.
Por un lado, el Gobierno y las organizaciones empresariales argumentan que eso es necesario para prevenir el colapso total de la industria, mientras la oposición y grupos profesionales denuncian que se trata de un subsidio para ricos que mantendrá el precio de las viviendas artificialmente alto mientras se aumenta los impuestos a la población general.
Para enfrentar el problema, el Gobernador, Aníbal Acevedo Vilá, usa una estrategia doble.
Por un lado, ha buscado para la cartera económica un conocedor de la industria y el comercio, pero con historial de poder entablar diálogo con diversos sectores sociales. Eso, mientras por el otro lado, trata de ganar tiempo para buscar maneras de conjurar una extendida recesión económica que ha vuelto a impactar las ya debilitadas arcas del Estado.
La crisis no es, el resultado de eventos inmediatos o fortuitos, sino que se ha ido desarrollando a lo largo de años y su rastro quedó plasmado en los informes estadísticos del Buró del Censo.Las políticas de endeudamiento creciente y presupuestos públicos inflados ayudaban a mejorar la situación de sectores medios y altos, así como a mostrar un país en el que se iba reduciendo la disparidad en los niveles de ingreso.