Jesús Dávila
El Diario La Prensa
SAN JUAN/corresponsal EDLP — El activista ambiental Alberto de Jesús 'Tito Kayak', lesionado como resultado del ataque para matarle el martes, se mantenía ayer desafiando lluvias torrenciales y tronadas a 200 pies de altura sobre una grúa mientras abajo la pesquisa policial para esclarecer quién le hizo los disparos se empantanaba en contradicciones.
Mientras tanto, la organización "Amigos del Mar" logró burlar el cerco de la Policía nacional y guardias privados para hacerle llegar comida y medicinas mediante un curioso sistema de racimos de globos de colores, aunque testigos alegaron que agentes policiales lograron derribar algunos a tiros.
El jefe de la Policía nacional, Pedro Toledo reaccionó a las denuncias de que hubiera efectivos bajo su mando disparándole a los globos de suministros y dijo que "si fuere cierto… tiene un problema ese policía, bien serio". Horas después, sin embargo, Toledo indicó que los oficiales a cargo le aseguraron que ese incidente no ocurrió.
La situación era más delicada y difícil de sacar del medio con respecto al ataque del martes, ocurrido cuando de Jesús logró penetrar el perímetro de seguridad del disputado proyecto Paseo Caribe, en la entrada de la isleta de San Juan, para trepar por un cable hasta la parte de arriba de la grúa principal de la construcción, donde colocó la bandera de Puerto Rico.
Hasta ayer al cierre de esta edición, se mantenía allí a pesar de la lluvia fuerte en demanda que se ordene la demolición del proyecto por los daños que ocasiona al patrimonio histórico y a la ecología, además de denunciar la destrucción de parte de la zona arqueológica de Jácana, al norte de Ponce.
El jefe Toledo dijo ayer que "hasta ahora no me han dado información sobre si hay sospechosos" por los disparos del martes. Además, se indicó que los peritos que fueron a investigar 17 horas después no encontraron casquillos de bala.
Sin sospechosos ni casquillos sería lógico que pudiera concluir en nada la investigación, pero el problema es que surgieron toda una serie de inconsistencias graves adicionales a la tardanza en el envío de los peritos.
En la "tarjeta de querella" oficial consta que fueron agentes de la propia Policía nacional los que son testigos de que "se escucharon detonaciones" –que según otros testigos fueron al menos siete y provinieron de distintas direcciones- pero que "se verificó en el lugar y todos en completo orden".
El documento indica que el tiroteo ocurrió el martes a las 7:00.00 P.M., que llegó la notificación de los hechos a las 7:45.06, que se transmitió a la patrulla a las mismas 7:45.06, que la patrulla también llegó a la escena a las 7:45.06 y que la inspección de la amplia zona del proyecto, que tiene varios edificios terminó exactamente a las 7:45.06.
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