viernes, 19 de octubre de 2007

Producimos lo que no consumimos y consumimos lo que no producimos...


Voces / 77
Viernes 19 de Octubre de 2007 / El Nuevo Día
 
Premonición

RAFAEL SANTIAGO MEDINA
P E R I O D I STA



La producción de café, leche, carne, huevos, plátanos, piña, gandules y cítricos está amenazada con reducirse sustancialmente o desaparecer en Puerto Rico. La advertencia la hace el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, Javier Rivera Aquino.

El legislador por el PNP, que es agrónomo, puso como ejemplo el caso de la producción de huevos. Este sector económico de la industria avícola ha mermado un 50% en los últimos años. Hace unos tres años, había en Puerto Rico cerca de 1.2 millones de gallinas ponedoras. Al presente sólo quedan unas 600,000 de ellas en esa industria.

Veámoslo en términos económicos de esta manera: del 66% del consumo local en el mercado, la producción de huevos nativa se redujo a alrededor del 38%. Y esto en sólo tres años.

Puerto Rico importa cerca del 90% de todos los alimentos que consume. Se ha augurado que en caso de una crisis prolongada que interrumpa el tráfico marítimo y aéreo hacia Puerto Rico, el desabastecimiento y escasez de alimentos comenzaría a hacer crisis en no más de 25 días. No se trata de algo hipotético. En ocasión del ataque a los torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, el tráfico marítimo y aéreo estuvo prácticamente paralizado por algunos días.

En un país donde se gasta cerca de $495,000 millones en alimentos anualmente y cuya tierra es fértil para muchos de los alimentos que importa, la venta de sus productos agrícolas autóctonos tan sólo alcanza $800 millones al año.

Los agrónomos del patio advierten que Puerto Rico necesitaría no menos de 750,000 cuerdas de terreno agrícola para su seguridad alimentaria. En su Plan de Uso de Terrenos, la Junta de Planificación sólo reserva 211,000 cuerdas de terreno para ese uso.

Algo hay que hacer. La premonición de que algún día enfrentemos un desabastecimiento de alimentos en el País a consecuencia de una interrupción prolongada del transporte marítimo o aéreo no es una hipérbole ni un a s p av i e n t o.