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Los integrantes del ALBA reconocieron la legitimidad del derrocado mandatario; el presidente interino prepara su equipo para enfrentar los próximos meses
MANAGUA.- El presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, preparaba contrarreloj su equipo para gobernar los próximos meses, mientras el derrocado mandatario Manuel Zelaya busca desde Nicaragua el apoyo de sus homólogos centroamericanos para recuperar el poder que le usurpó el golpe de Estado.
Zelaya fue derrocado ayer en un golpe de Estado incruento que fue orquestado por la justicia y el Congreso y ejecutado por un grupo de militares que lo deportó a Costa Rica, provocando una condena mundial unánime.
Anoche, los presidentes de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) se reunieron en Managua en una cita convocada por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en calidad de presidente pro témpore del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y por su homólogo venezolano Hugo Chávez, impulsor del movimiento.
La improvisada cumbre del ALBA concluyó con el reconocimiento a Zelaya como el presidente legítimo de Honduras. Los mandatarios del bloque que se reunieron en Managua para acordar la estrategia a seguir para reinstalar a Zelaya en el gobierno de su país y le expresaron su solidaridad tras su llegada a Managua procedente de Costa Rica a bordo de un avión de la fuerza Aérea venezolana.
Por su parte, hoy se reúne la Asamblea General de las Naciones Unidas se reúne en Nueva York para tratar la crisis y pedir "la restitución de los representantes democráticamente electos".
Desde Estados Unidos, pasando por el Grupo de Río, la Unión Europea, Centroamérica o el ALBA, todos han pedido la restitución de Zelaya en la presidencia de Honduras que ya tiene otro ocupante: el ex presidente del Congreso, Roberto Micheletti, elegido ayer en un acto sorprendentemente rápido para no haber estado planificado de antemano.
De hecho, un funcionario del Congreso leyó una carta con la supuesta renuncia de Zelaya, quien desde San José desmintió tajantemente que hubiera dimitido. "Yo nunca he renunciado ni nunca voy a usar ese mecanismo cuando he sido presidente electo por el pueblo", dijo Zelaya.
El golpe, calificado por Micheletti de "proceso absolutamente legal", contemplado según él en la legislación hondureña, puso fin a la determinación de Zelaya de convocar un referéndum para reformar la Constitución y permitir la reelección presidencial, coincidiendo con las elecciones del 29 de noviembre.
En los últimos días, la tensión había alcanzando su máximo nivel, especialmente a raíz de la destitución durante la semana última por parte de Zelaya del director del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez, que fue anulada por una decisión de la justicia, mientras el Congreso llegó a barajar la inhabilitación del presidente.
En Managua, el presidente venezolano, Hugo Chávez, propuso "darles una lección a los golpistas de Honduras" y pidió a los gobiernos de América latina que no se queden en declaraciones. "Hay que darles una lección (...) no podemos permitir un retorno al pasado a las cavernas", dijo.
Micheletti, un compañero de las filas de Zelaya en el Partido Liberal, ya ha empezado a anunciar a los primeros miembros de su equipo de gobierno y pidió a todos los funcionarios del ejecutivo de Zelaya que se presenten a trabajar normalmente hoy.
Agencias AFP, EFE, DPA y Reuters--