miércoles, 30 de julio de 2008

Energía barata y abundante


 

Por Edwin Irizarry Mora
Candidato a Gobernador  por el PIP
30 de julio de 2008

La solución a la crisis energética por la que atraviesa Puerto Rico la tenemos a nuestro alcance en este momento. La ausencia de voluntad para desarrollar nuestras fuentes renovables explica por qué estamos pagando un precio tan alarmantemente alto por la energía eléctrica que consumimos, así como por los bienes y servicios que dependen de la electricidad.

En reiteradas ocasiones he denunciado que la política energética de la administración Acevedo Vilá nos condenará a que en el año 2017 estemos dependiendo en 98% de combustibles fósiles, todos importados. La construcción de los gasoductos constituye un grave error de planificación, ya que Puerto Rico no controla ni el precio ni la oferta relativa del gas natural, como tampoco ocurre con el carbón o el petróleo. La propuesta de Acevedo Vilá se basa, además, en la privatización de la producción de energía, ya que bajo su administración la Autoridad de Energía Eléctrica continuó y le continuará comprando electricidad a compañías privadas que queman y continuarán quemando uno de los referidos combustibles en distintas regiones del País. Esto significa que se construirán "plantas" de carbón y de gas natural cerca de comunidades alrededor del País, amenazando la salud y seguridad de éstas.

La pregunta fundamental que se formulan los distintos sectores de nuestra sociedad es: ¿qué alternativa tenemos para reducir drásticamente el costo de la electricidad y para asegurar un futuro energético ajustado a nuestras necesidades inmediatas y futuras? La respuesta radica en que a partir de hoy mismo comencemos a ejecutar una política energética basada en nuestras fuentes renovables. Si damos ese paso ahora, muy pronto nos beneficiaremos de tener a nuestro alcance energía eléctrica barata y abundante.

Como primer paso debemos considerar los hallazgos y las propuestas de nuestros científicos, ingenieros y expertos en el tema energético. Muchas de esas propuestas tienen más de dos décadas de haber sido traídas ante la consideración de las autoridades gubernamentales. Las distintas formas de energía solar, incluyendo la conversión de esta fuente en electricidad -lo que se conoce como energía fotovoltaica- así como la energía océano térmica, la eólica o del viento (que debe instalarse en lugares que no impacten lugares ecológicamente sensitivos), las micro-hidroeléctricas en la zona central y la energía de las olas del mar, entre otras, constituyen alternativas cuya viabilidad ambiental y comercial ha sido probada en distintos lugares del mundo.

Mi programa de gobierno se centra en el desarrollo pleno de estas fuentes para que en el futuro cercano tengamos la diversificación energética que el País necesita. Mientras tanto, urge que la Administración de Asuntos de Energía (AAE) juegue el papel que se le asignó desde que se fundó. Desgraciadamente, las funciones de esta agencia fueron usurpadas por la Autoridad de Energía Eléctrica. Ello explica por qué esta última agencia desarrolló proyectos basados en combustibles fósiles, tanto para ampliar su red de producción como para impulsar la construcción de centrales termoeléctricas privadas. Las fuentes renovables sencillamente fueron sacadas de los planes gubernamentales.

Los consumidores, las comunidades, el sector gubernamental y las empresas tienen mucho de qué beneficiarse con nuestro enfoque. Por un lado, serán testigos de una reducción drástica en su factura tan pronto los proyectos de fuentes renovables comiencen a producir electricidad a un costo menor y con poco o ningún impacto sobre el medioambiente. Tal disminución en el pago por el consumo de energía eléctrica constituye un paso urgente para abaratar costos de producción en nuestra economía y para traer un alivio al bolsillo de cientos de miles de familias y empresarios.

Por otro lado, mediante la conversión de la Autoridad de Energía Eléctrica en una entidad que promueva el desarrollo e instalación de tecnologías renovables, la ciudadanía en general, las agencias públicas y los municipios, así como el sector empresarial, tendrán acceso a equipos y a servicios que permitirán diversificar de una vez y por todas las fuentes energéticas.

El enfoque de planificación de los recursos energéticos que propongo pondrá a Puerto Rico a la altura de los tiempos y garantizará la solución permanente a nuestra crisis actual.

Sólo falta la voluntad para ejecutarlo. A ello me comprometo.